Protestas antibush
Llegamos a recoger nuestras cosas—mandamos hacer 1000 máscaras de nuestro héroe de turno, V de Vendetta, y una pancarta—como a las 10:45am y salimos para el sitio de encuentro, frente a la iglesia de San Diego. Llegamos y comenzamos a buscar el lugar desde el cual pudiéramos observar bien la pasada de Bush, y que nos permitiera también ser vistos por las cámaras internacionales (somos gente vanidosa, uds. ya lo saben). Estábamos listos y muy emocionados, los símbolos son lo nuestro, y la máscara barata pero en cantidad, iba a gustar tanto entre la multitud que protestaba como a los medios. Había como 100 SMAD, típico de cualquier marcha.
Cuando llegamos, y subimos la pancarta, nos lleno de emoción verle la cara a la gente...justo el efecto que queríamos: sonrisas, fotografías...simpatía; un mensaje colombianísimo, fresco y contundente: “Bush Tiene Huevo”. Todo bien...los celulares sonando, que donde están que ubiquen la pancarta, que busquen las mascaritas...
Cuando nos juntamos más de 40 empezamos una microempresa de producción y entrega de máscaras para el resto de los protestantes: unos cortaban cauchitos, otros perforaban las caritas de V, los más tesos en eso de la motricidad fina hacían los nuditos para que la gente se la pudiera poner, y los más caribonitos iban y las repartían (se me olvidaba: tres sostenían la pancarta, que al llenarse de viento, se ponía dificilísimo). La recepción fue cheverísima, la gente la veía y le encantaba...¡hasta nos preguntaban si había que pagar! Noooo, todo era parte de la diversión.
El espíritu nuestro, como siempre, de frescura; con nosotros había varias personas que nunca en su vida habían asistido a ninguna manifestación pública. Los que sí habíamos asistido, notamos cuando el ambiente se empezó a calentar pero lo que hicimos fue retirarnos un poco hacia el planetario. “Calentar” decimos porque la gente comenzó a presionar la barricada de la policía, porque se acercaba la hora del paso de la caravana, porque llegó una tambora con un ritmito sabroso, porque cada vez había más gente. Pero no por cosas “violentas”...por ejemplo, NO SONÓ NI UNA SOLA PAPA. El SMAD aguantando, pero con ganas de encajonar a la multitud que, como estaba repartida entre la 7ª y la montaña hacia la Plaza de Toros, era fácil de dividir.
De pronto, sin avisar, sin razón evidente, el SMAD movió su cerramiento varios metros hacia delante y subió por la montaña hasta la reja del Planetario. Listo, divididos. Nosotros nos quedamos en primera fila, junto al de la tambora, haciéndole carantoñas y bailando enfrente de los tombos. Normal. Si quieren ver algo parecido a lo que veíamos vean
lo colgó un amigo gringo que estaba por allí. Nos retiramos un poco hacia atrás, queríamos ver lo que pasaba abajo en la séptima, donde tras el avance, algunos pelados comenzaron a darse palo con el SMAD.
Y sin más, avanzó la tanqueta, había dos (nos dimos cuenta por primera vez, que los 100 SMAD iniciales se habían convertido en 500). Una cogió por la séptima, y nidea. La otra, subió rapidísimo desde la séptima hasta el nivel donde estabamos parados hacía 5 segundos. Aquí mi narración, por fuerza, se tendrá que volver individual... quedé separada de todos. Me corrí hacia el Edificio Tequendama, para poder alejarme pero manteniendo visibilidad. No podía dejar de pensar en una amiga que no había visto algo así nunca...cogí el celular. De ahí en adelante, no lo solté, corrí con el en la mano llamando a todos, para ubicarlos, para asegurarme que estábamos bien...
Contra la pared. Sabía que estaba en mal lugar. Prenden el chorro, de lejos veo que una amiga queda empapada. Yo, en la mochila, además de algunas máscaras sobrantes no tenía ni un pañuelito, estaba segura de que ya venían los gases. Y en efecto, tiraron como 10. Y claro, contra el edificio rebotan y caen enfrente...que más da, la última bocanada de aire y a correr para salir de aquí lo más pronto posible...nosotros no somos tropeleros, lo respetamos (sabemos que desde Palestina, hasta Francia o Uruguay el tropel es una forma de expresión), pero no estamos preparados para algo así (eso queda claro en que quedamos todos perdidos y separados, la ingenuidad se paga).
En fin, me arden los ojos, los cierro y corro con los ojos cerrados, trato de respirar poquito pero que va! Ya me arde hasta el alma...ya había sentido esto antes, pero nunca sola...corriendo. Paro pensando que si no miro lo que pasa, voy a hacer algo mal. Una señora me unta la cara de vinagre. Toso un poco y escupo muchas veces recordando la repugnancia que este gesto me produce cuando lo hacen los hombres en la calle. Pero ahora no estoy para pudores. Veo a dos amigos. Estamos en la pura subida de las torres. Hay tres caminos, una callecita sospechosa, la bajada hacia el museo nacional por Don Eloy y la subida a la quinta...viene la tanqueta, terminamos en la horrible callecita con unos amigos. Asustados de ser encajonados ahí por la policía subimos a la quinta por la del Mayor, que loma...y qué rápido llegué arriba. Solo quería llegar a mi casa, verlos a todos, saber que estábamos bien...
En la quinta, yo me puse muy nerviosa, quedábamos muy pocos, y estábamos junto a la estación de policía. Había que salir de allí. En mi cabeza lo único que existía era la necesidad de bajar a la séptima, ir hacia el occidente, no se por qué pero no me sentía segura en la montaña. Creía que en la séptima con toda la gente, la multitud iba a hacer detener la avanzada de los policías, hacer respetar el derecho a la protesta, que todo iba a estar de nuevo como cuando la tambora. Que aun había mucha gente. Con esta esperanza convencí a mis amigas y un amigo que la séptima era la respuesta. Y bajamos por la siguiente cuadra hacia el norte, esa no baja derecho, es curva, desde la 5ta no se ve la 7ª...corrimos hacia abajo, riéndonos un poco de la gaseada. “Hace rato no me gaseaban así!”
Llegamos a la séptima y no había ciudad. Sólo humo y gente que corría. Vi unos manes sacando muebles de un banco...otros intentando quemar algo que parecía una mesa. Humo, yo ni sabía como llegar a la 32 que era mi objetivo para salir de ahí. Miro a mi alrededor y estoy solo con dos amigas, perdimos al amigo....y a otros dos que iban adelante...entre la gente, el humo, el gas...yo entendía muy poco pero sabía que quería llegar a la 32. Crucé la séptima, sobre mi cabeza, gases y piedra. Ahora que lo pienso, no sonaban papas... yo con el celular apretado corriendo sin mirar.
En la 32 con 13 había 500 personas. Yo pensé, listo, aquí estoy segura. Por fin, aquí sí paramos a la policía, no había captado aún la dimensión del vandalismo que entre el humo había visto. Quería seguir gritando con la gente, FUCK BUSH! YANKEES FUERA! De pronto, esa sensación de que la tanqueta viene volando de nuevo, y a correr por la 32 hacia teusaquillo. Venía muy rápido, muy rápido. Y mi amiga me gritó, si no cruzamos la caracas ya nos quedamos en la mitad! Nos meten a la tanqueta....y por entre los carros, corrimos como locas!
De nuevo, en la esquina de la 32 con caracas, paramos a mirar. Y ya venía....luego todo fue carreras, recovecos, escondites y llamadas a los demás...mi hermano, mis amigos, la que nunca había estado en eso, la “experta”, el que se perdió, pero en fin....todos sanos y salvos.
Conclusión:
Hoy salieron muchas imprecisiones en la TV que me dieron mucha piedra. Otras que me asustan. ¡Que tal que digan que fueron los de las mascaritas! Qué tal que nos vengan a buscar! Si el Vito se la puso pero no rompió nada! Sólo insultó un poco al honorable visitante...y pues eso no puede ser tan malo...
Que los vándalos rompieron todo, que peor que el 9 de abril! Que locura, si rompieron fue los bancos! Y esos no dan tanta lástima, la verdad...el que sí da es el dueño de la licorera, y el distrito, con sus paraderitos... y el curita de San Diego, le debió doler un jurgo el farolito....
No queremos con esto justificar la violencia, sino contar desde otro punto de vista lo que, también para nosotros, fue una aventura con risa y con susto (como suele ser todo lo de tienen huevo).
(Además el SMAD no es tan bonito tampoco, ni tan pacífico...si no, miren esto no mas:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario